>Imitamos la climatización del Sol.
La climatización radiante, calefacción y refrigeración, es la más saludable y la que proporciona unos niveles de confort es elevados. Nuestro cuerpo necesita está rodeado de superficies a la temperatura adecuada, climatizar el aire, especialmente cuando las paredes que nos rodean están a una temperatura diferente, no aporta el máximo confort. El calor del Sol nos llega por radiación… no calentando el aire que existe entre él y la Tierra.

>Queremos sonidos no ruidos.
El ruido es una de las principales causas de discomfort y problemas de salud. Las puertas y ventanas tienen unas prestaciones acústicas por encima de los umbrales normativos.

>La mejor iluminación es la que quiere imitar el Sol.
Cada labor tiene su nivel de iluminación, cada momento del día su temperatura de color. Se estudia la funcionalidad de la vivienda para que la iluminación siga el ritmo del sol a lo largo del día, lo que se llama ritmo circadiario. Si nuestro cuerpo puede seguir al sol, estaremos más cómodos.

>Eres lo que respiras.
Abrir ventanas es necesario y recomendable, pero muy a menudo no es suficiente para mantener una calidad del aire interior. Esto ocurre especialmente por la noche, cuando nuestro cuerpo se recupera y necesita de unas condiciones ambientales óptimas. Un sistema mecánico de ventilación con sensores que controlen su funcionamiento según sus necesidades proporciona una óptima calidad del aire interior.

>Paz electromagnética.
La electricidad, la transmisión de datos y las tecnologías de la comunicación inalámbrica, los electrodomésticos, la iluminación artificial… influyen el ambiente interior, lo que se llama electroclima. Este electroclima se controla especialmente en las zonas de dormitorios, el lugar del descanso donde para que su cuerpo se recupere necesita del entorno más natural, neutro, posible.